Las Lágrimas
Video instalación
Lágrimas
[de tristeza – de euforia – de alegría – de dolor – de placer – de rechazo – de nostalgia – de impotencia – de éxtasis – de cebolla – de gas (pimienta) – de mentol – de cocodrilo – que asfixian – que alivian …]
Cuando los actores y las actrices lloran ¿Qué hay detrás de sus lágrimas?
Tal vez recuerdos, emociones, afectos, sentimientos, representaciones…
¿Cómo pueden las lágrimas figurarse ante lxs otrxs si convocan lo íntimo, si develan lo oculto, si proyectan lo incontrolable?
Las lágrimas iconográficamente han sido sospechadas de exceso, y la historia del arte suele justificar su percepción -estilo, fe, propaganda…- ¿Entonces qué movilizan las lágrimas? ¿tabúes?
El presente proyecto constituirá una video instalación en la que diez actores y actrices -en el éxtasis invocador del llanto- develarán la razón subjetiva de sus lágrimas en una dimensión presente y a la vez intangible. Mientras la dramaturgia traduce sus intensidades emocionales en palabras o gestos, el público podrá navegar a través del desgarro emocional de los intérpretes y acceder a una experiencia de proximidad y empatía.
Créditos
Concepto, guión, dirección general: Matías Umpierrez
Diseño de la instalación: AJ Weissbard
Gestión y distribución internacional: Iva Horvat & Elise Garriga | Art Republic: info@artrepublic.es
Sobre la instalación
La instalación está conformada por diez retratos en video de actores y actrices llorando. Estos video-retratos están instalados en una galería vacía e inundada. Cada video retrato se muestra en un monitor de pantalla plana de 50 pulgadas, que cuelga de una única barra vertical de un panel espejado en el techo, girando lentamente alrededor de su soporte. De vez en cuando, una gota de agua cae de la pantalla y aterriza en el suelo, que está cubierto de agua poco profunda. No hay iluminación adicional en el espacio, solamente las pantallas emanan luz de su parte inferior, resaltando las gotas y el suelo de la galería, y creando reflejos del agua en las paredes y los visitantes.
El público se calza botas de goma para entrar en la galería y, con la ayuda de unos auriculares estilo «guía de museo», recorre libremente la galería de un retrato a otro. Cada visitante puede elegir su propio camino a través de la instalación, experimentando las historias que se esconden tras las lágrimas de cada protagonista. Estas historias son personales y pertenecen al mundo emocional de cada intérprete: recuerdos, momentos de su historia, o simplemente técnicas de actuación para encarnar la emoción.
La duración total de la experiencia está prevista en 50 minutos, aunque los invitados pueden pasar más o menos tiempo según deseen.
